Haruki Murakami

Haruki Murakami

¿Por qué escribir? Es una de las tres preguntas que se les hace con más frecuencia a los escritores. Las otras dos son: «¿A qué hora se despierta y a qué hora se acuesta?» y «¿Qué escritor le han influido más?». Mi respuesta a estas dos preguntas es casi siempre la misma -si bien la modifico dependiendo del estado de ánimo-. Pero la respuesta a la pregunta «¿Por qué escribe usted?» es diferente cada vez. Porque la motivación de escribir no es constante, fluctúa; por lo tanto, es imposible expresarlo con una frase estándar.
Se escribe por un sentimiento de obligación, bajo el influjo de una pulsión natural o también por dinero. Y la respuesta varía según los casos. Antes de escribir novelas tenía un pequeño club de jazz y ya en esa época mi respuesta a la pregunta: «¿Por qué tiene usted un club de jazz?» cambiaba constantemente. Respondía: «Porque me gusta escuchar jazz, o no quiero ser un «salary man», o porque me gusta Humphrey Bogart en Casablanca». La elección de un oficio en la sociedad contemporánea, sea el que sea, es un fenómeno singular. Propietario de un club de jazz o escritor, la vida no se parece en nada a la de un cazador que sale de su cabaña muy de mañana, armado con un arco, y vuelve por la tarde con un ciervo al hombro. Hay una especie de motivación en el caso de un oficio actual, sin embargo, no afecta a la existencia humana en su totalidad.
Pero si se juzga con benevolencia, «la especie escritor» aparece como una de las raras especies afortunadas que puede hacer un esfuerzo por -incluso si es un poco don Quijote- deplegar su motivación hacia el conjunto del género humano. Si el escritor está dotado de un poco de talento y suerte, y no escatima esfuerzos, no es imposible que consiga alcanzar la dimensión de la vida del cazador. Ahí reside al menos la esperanza de penetrar en la existencia humana; sin embargo, esta especie de perspectiva se opone radicalmente a la de convertirse en directivo de una empresa y poseer un Mercedes Benz.
Scott Fitzgerald, incluso en los últimos días de su vida, cuando vivía sumido en la desesperación, estaba orgulloso de ser un escritor profesional. Pienso que eso es ser escritor. Cualquiera puede ser escritor, pero no puede dejar de serlo. Porque hay en el acto de escribir una novela muchos olores primitivos que actúan sobre el corazón del hombre, y quien los ha respirado una vez no puede dar marcha atrás.

Pourquoi écrivez-vous ?
Libération. Paris, 1985

Haruki Murakami
(Kioto, 12 de enero de 1949)

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